Para terminar el circuito de anticuarios que ofrece el barrio, se puede realizar una visita al Mercado de San Telmo, un interesante punto de encuentro entre porteños y turistas, donde convergen tradicionales puestos de alimentos frescos, con venta de antigüedades y locales gastronómicos. El edificio que data de 1897, es Patrimonio Histórico Nacional, teniendo el interés de considerarse un claro ejemplo del estilo italianizante de la época, reconocible en el uso de estructuras de hierro, símbolo de la modernidad a fines del siglo XIX, y los cuidados detalles ornamentales de la fachada.